13 abril 2011

Konrad Adenauer

Primer canciller de la República Federal Alemana (Colonia, 1876 - Rhöndorf, 1967). Abogado de Colonia, entró en la política de la mano del católico Partido del Centro Alemán. En 1917 llegó a ser alcalde de su ciudad, de manera que estaba al frente de la misma cuando estalló la revolución alemana de 1919, que contribuyó a sofocar. Convertido ya en uno de los líderes del Centro, empezó a perfilarse como defensor de los intereses regionales de Renania frente al poder central. Presidió la cámara alta del Parlamento prusiano durante la República de Weimar, entre 1920 y 1933. Al llegar al poder los nazis, fue destituido de sus cargos e incluso detenido en 1934. Las persecuciones subieron de tono en 1944, cuando fue detenido de nuevo por la Gestapo e internado en el campo de concentración de Buchenwald.

Al acabar la Segunda Guerra Mundial, Adenauer tenía 69 años; pero su reputación de hombre conservador, demócrata y francófilo, buen gestor y libre de sospechas de colaboración con el nazismo, le dieron un perfil adecuado para volver a ocupar puestos relevantes. Regresó inicialmente a la alcaldía de Colonia, de la que dimitió en 1945 por discrepancias con las fuerzas de ocupación británicas. Intentó refundar el Centro, pero la nueva situación política le aconsejó participar en la fundación de la Unión Demócrata-Cristiana (CDU); contando con el apoyo de la jerarquía católica, ascendió rápidamente, convirtiéndose en presidente del partido en la zona de ocupación británica.
En 1948 fue elegido presidente del Consejo Parlamentario, órgano encargado de diseñar las instituciones básicas para crear un Estado alemán occidental uniendo las zonas de ocupación de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, en vista de la dificultad de entendimiento con la Unión Soviética para la reunificación del país. En 1949 Adenauer accedió a la presidencia de la CDU de Alemania Occidental, a cuyo frente ganó aquel mismo año las primeras elecciones generales de la República Federal Alemana. En consecuencia, fue elegido canciller (no sin dificultades, pues fue su propio voto el que le dio la mayoría).

Reelegido en 1953, 1957 y 1961, presidió el gobierno de Alemania Occidental durante 14 años, por lo que es considerado el «padre» de la democracia alemana. Entre los logros de su mandato destacan la reconstrucción de la posguerra, la consolidación de una democracia estable y la reintegración de Alemania en el concierto internacional. En 1954 consiguió acabar con el estatuto de país ocupado y restablecer la plena soberanía de Alemania.
Bajo su gobierno se produjo el llamado «milagro económico alemán», atribuible más a su ministro de Economía, Ludwig Erhard, que a él mismo. En política exterior (cartera que ocupó personalmente entre 1951 y 1955) fomentó la alianza con Estados Unidos y el acercamiento a Francia; resultado de lo primero sería la creación de un nuevo ejército alemán integrado en la OTAN (1954); y de lo segundo, la decisiva participación alemana en la Comunidad Económica Europea (1959).
Denostado por su autoritarismo y por su acomodo a los intereses occidentales, con el tiempo las mayores críticas le vendrían por su actitud hacia los países del Este; con más de ochenta años, el Viejo conectaba mal con la opinión abierta y liberal de las generaciones jóvenes. Tras haber renunciado a optar al puesto de presidente de la República, dimitió como canciller en favor de Erhard en 1963, presionado por su propio partido.

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